En 1980 había 39 mil inmigrantes hondureños y hondureñas en Estados Unidos (EUA), en 2019 la cifra aumentó a 1,2 millones1. Es decir, en casi
cuarenta años esta población creció 3.000%. En España, la comunidad hondureña prácticamente se duplicó entre 2016 y 2019, pasando de 50 mil a
96 mil inmigrantes2.
El flujo migratorio se ha convertido en un ir y venir de miles de personas en Honduras. Se estima que diariamente emigran unas 300 personas3, mientras 256 son deportadas4. Actualmente, uno de cada nueve hondureños y hondureñas reside en el extranjero y más de 40% de la población piensa o desea emigrar5.
Frente al incremento de la emigración en los últimos cuarenta años, como punto de partida se plantean las siguientes interrogantes: ¿Qué sucedió en esas cuatro décadas en Honduras? ¿A qué se deben estos desplazamientos masivos? ¿Cómo afecta a las mujeres? ¿Cuál ha sido la respuesta del Estado para enfrentar este fenómeno? ¿Qué se propone realizar?
El informe «Cultura del destierro: causas y consecuencias de la migración hondureña (1980-2020)» pretende responder las anteriores preguntas, al interpretar la evolución de los movimientos demográficos en este país centroamericano, con especial énfasis en las mujeres emigrantes.